Il consigliere

De la purga que hizo ayer Pedro Sánchez en su parte del ejecutivo (ya sabemos cómo le gusta a esta gente una buena purguita de vez en cuando), por encima de las salidas de Calvo (no, bonita), Ábalos (siempre puede echar el currículum en Plus Ultra o audicionar si hacen Torrente 6) o Campo (se come el marrón de los indultos y a las dos semanas le echan, BRA-VO) llama la atención la salida de Iván Redondo, el omnipotente jefe de gabinete, mano derecha, gurú, Rasputin y Grima Lengua de Serpiente de Pedro Sánchez. A Redondo, responsable del ascenso a la categoría de Emperador de Sánchez y de su estrategia política desde 2017, le debemos esperpentos comunicativos como los insufribles alós presidentes durante la pandemia, sacar a James Rhodes tocando el piano con la llegada de los fondos europeos o querer vender como una "cumbre bilateral" a Sánchez persiguiendo a Biden como si éste fuera una fan loca persiguiendo a Beckham para felicitarle por su último título. A la influencia de Iván Redondo, y digo esto sin miedo a equivocarme, le debemos buena parte de la degradación de la política española de los últimos años, así que su salida es, sin duda, una buena noticia no ya solo para los rivales del PSOE, sino para el mismo PSOE. Si esto va a suponer un cambio de paradigma en la política española y van a empezar a pesar más las acciones que los gestos ya es otro cantar, porque me parece a mí que la salida de Redondo no es más que otro gesto en sí mismo...

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