domingo, 5 de agosto de 2018

The Mierdend

12 años y 1.662 posts después de la primera entrada del Mierdiario... aquí llega la última. Llevaba ya tiempo pensando en cerrar el blog y, sobre todo, en la mejor manera de hacerlo (ya sabéis, me gusta la teatralidad más que a Neymar) y creo que no hay más simbólica manera de cerrar el círculo que publicando, así sin avisar, el último post el mismo día que el primero y así dejar un poco descolocado al personal.

En cuanto a los motivos, pues los hay para todos los gustos: desgaste de ideas y falta de tiempo para postear en condiciones y no repetirme (fijaos cómo desde que hace 3 años conseguí el trabajo en el que sigo actualmente, el número de posts ha ido descendiendo año tras año), la feroz competencia de la inmediatez de twitter (la de veces que me habré cabreado viendo cómo una noticia bomba sucedía por la mañana, se me ocurría un chiste absolutamente maravilloso que 
sería la repolla y que haría en mi casa en cuanto saliese del curro y, a los 5 minutos, ya me encontraba ese chiste en twitter... y con cientos de retuits ¬¬), la deriva estúpida, tóxica e inquisitorial que han tomado en los últimos años la sociedad en general y las redes sociales en particular (en donde cualquier gilipollas que se sienta ofendido por algo que hayas escrito puede convertirte en un apestado social, hacer que te despidan de tu trabajo o incluso, en casos extremos, meterte en la cárcel) y de la cual no me apetece seguir formando parte, la incongruencia que siempre me ha supuesto mi eterno odio al ego desmedido de tuitstars, influencers y demás fauna y el hecho de que, en realidad, yo con mi blog lleve 12 años tratando de ser, en esencia, uno de ellos o, principalmente, la indefinición que siempre he tenido respecto al leit motiv de este blog, el cual nunca he tenido del todo claro si quería que fuera un diario abierto para contarle mi vida a mi círculo de amigos y conocidos de una forma amena, o que fuera mi propio medio de comunicación para casí combatir la frustración de no haber podido triunfar en el periodismo y poder compartir mis pensamientos, mi arte y mis chorradas en general con el mundo (cuando la realidad es que ni mi vida privada ni mis opiniones le importan una mierda a nadie). En cualquier caso, siempre lo he dicho: el feedback era para mí la gasolina de este blog, la razón principal por la que lo puse en marcha en su día, y eso es algo que nunca, más allá de los fieles que siempre han estado ahí y nunca me han fallado, he sentido que lo he tenido (o, al menos, al nivel que me hubiera gustado). Sentir que estás dedicando tu tiempo, tu ilusión y tu esfuerzo en contarle cosas a la pared pues, bueno, no es una sensación muy reconfortante.

Porque, más allá de los motivos que me empujen a dejarlo, estos 12 años de Mierdiario me han dado momentos que me llevaré conmigo para siempre: las colaboraciones y piques con mi constante La Rizos (feliz duodécimo cumpleaños a ti también); los Pollas Rumble que tanto tiempo me costaba escribir y que tanto orgullo me provocaba leer; los posts ilegibles de mi becario Kevin Carmona; mi querida mascota a la par que colega Morcillito (donde yo vaya, tú te vienes conmigo) y mis personajes de cabecera como Racióndepatatasman, Polloman, El Toro Contradictorio o Mierdiario-Man (pobre Paradas Romero, aún le quieren linchar por mi culpa); mis campañas difamatorias contra Mourinho, Eduardo Inda, MarhuendaSergio RamosAnselmo; mis zascas a todo el espectro político: a Zapateroa Rajoy y a Pedro Sánchez, a la Casa Real y a Podemos, a la patronal y a los sindicatos, a Bush, a Obama y a Trump, a la Merkel, a Espe, a Irene Montero, a la Oña y a Carmena (menos, pero algo también), a Messi y a Cristiano, a la Gaceta y a eldiario.es (Barbijaputa, Antonio Maestre, Moha Gerehou... un besi para todxs), a los que criticaban al 15-M primero y al propio 15-M después, a los españolazos y a los independentistas o a la iglesia de derechas y a la iglesia de izquierdas (a lo largo de mi vida creo que me han llamado tantas veces comunista como facha); la felicitación del Rey en el post 500, la visita del Albret del futuro al Albret del pasado en el post 1.000 o la broma que os gasté poniendo una ecografía de mi supuesto hijo en el post 1.500; posts exitosos como Bloqueo creativo, la Isla de OTBanderas de nuestros hijos, Més que un clon, El doctor Marhuenstein, las crónicas del Mundial de Sudáfrica, el villancico cantado a dúo por Raphael y el Peíto, el videoclip del Gato Arrestinoso, la Jornada Mundial de Jacob, el niño loco alemán del Atleti, el Albrexit, el Museo del Odiocuando pedí que os hiciérais socios de Acnurel Sgt. Peperos, mi crónica del Mad Cool 2017, el del 1-0 en CataluñaJuego de espetos (que le gustó al mismísimo Antonio de la Torre); mis listas de canciones favoritas, de combates de wrestling favoritos, de películas favoritas y de famosas favoritas (que dejé de hacer, evidentemente, el momento en que me eché novia); mi continua turra alabando a NIN y a Iron Maiden (no me cansaré de decirlo: DE TODOS LOS DÍAS QUE TIENE EL AÑO TIENEN QUE TOCAR EN MADRID EL MISMO PUTO DÍA); mi machacón proselitismo cholista y torrista, el cual sigo y seguiré ejerciendo en mi día a día; mi apasionamiento seriéfilo con Perdidos primero y con Juego de tronos después; los memes que orgulloso me publicaron El jueves y forocoches; posts tan personales como la entrevista a mi madre, los recuerdos de mi padre, el fallecimiento de un amigo o los nacimientos de mis sobrinos (tanto propios como ajenos) y posts tan emocionantes como cuando ganamos el mundial, cuando fiché por el diario As o cuando me fui a vivir a Madrid, al principio con Luis Fabiano y Kanouté y más recientemente con La Asturiana; las porras de mundiales y eurocopas que organizaba con mi hermano y en las que aprovechaba para hacer miserablemente spam de este blog; o los posts especiales que hacía cada año con motivo del cumpleaños del blog como aquellos videoclips del Time flies de Porcupine Tree o el Time de David Bowie y que tanto me siguen emocionando y enorgulleciendo a día de hoy.

¿Y ahora qué, diréis? Pues, por lo pronto, deciros que el hecho de que cierre el Mierdiario no significa necesariamente
, igual que sucedía en la peli Chappie (uy, spoiler), que la esencia de éste muera, sino que tal vez podría seguir viviendo en otro cuerpo. Y es que quizás un blog no era ya el vehículo adecuado para seguir expresando mis ideas, mis emociones y mis chorradas... pero quizás algo más inmediato, más sencillo de usar y con otro tipo de difusión como INSTAGRAM sí que lo sea (teniendo en cuenta que 9 de cada 10 posts suelen ser memes sin apenas texto), así que vamos a probar una cosa a ver qué os parece: hoy, 5 de agosto de 2018, damos por cerrado el blog El Mierdiario de Albret... y por inaugurado el instagram MDMA, uséase, el Museo Del Mierdiario de Albret (buscadlo por elmierdiario), un perfil donde iré subiendo esporádicamente algunos de los memes que se han ido publicando en estos 12 años de vida del blog para darles una segunda vida... y, también, publicando chorradas nuevas cada vez que me vaya apeteciendo. Y es que compartir mis cosas con el mundo es una cosa que me gusta demasiado como para dejar de hacerla así de repente ;)

Así que, pese a que no descarto que en cuanto me echen del curro (que pasará) vuelva a tener tiempo libre y reinaugure este blog por sorpresa (asín soy yo), con este anuncio damos oficialmente por cerrado el Mierdiario. No sé si en todos los casos ha sido mutuo pero he de decir que me lo he pasado GENIAL en estos 12 años de posts, de fotomontajes, de denuncias, de miserias y de alegrías, y que sin vosotros ahí al lado acompañándome (unos más que otros, también hay que decirlo) nada hubiera tenido sentido. Espero que también me acompañéis en esta nueva aventura, a ver qué tal sale. Un saludo y mucha mierda para todos. :*


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