lunes, 24 de julio de 2017
Amigos... ¿para siempre?
Qué nos ha pasado, Barcelona. Dónde quedó la llama del amor que encendió aquel cupido llamado Antonio Rebollo y de la que ahora apenas quedan las cenizas. ¿De verdad que no tiene arreglo lo nuestro? ¿De verdad que lo quieres tirar todo por la borda? (Offtopic: FOOOOOOH JUEGO DE TRONOS 7x02) ¿De verdad que no recuerdas todos los buenos momentos que hemos pasado juntos? Aquel verano de 1992, no me digas que no fue mágico: cómo vibramos viendo a Fermín Cacho, a Theresa Zabell o a tu querido Luis Enrique... o el espectáculo de la Fura dels Baus, Los Manolos, la Caballé o Freddy Mercury observándolo todo desde el cielo... No me digas que fue simplemente un amor de verano, porque no lo fue. Demostramos al mundo que cuando dejamos las estúpidas rencillas a un lado podemos lograr cosas maravillosas. Porque aquel año daba igual que fueras de Segovia, de Móstoles o de Fuengirola: toda España era catalana, y nos sentimos tan orgullosos de tu éxito como como si fuera propio. Porque lo fue.
Cuánto ha llovido desde entonces. Sin embargo, aún tenemos historia común. Tenemos alegrías comunes. Tenemos miserias comunes. Y, sobre todo, tenemos enemigos comunes. Tenemos muchas más cosas que nos unen de las que nos separan así que, como decía la canción, sigamos siendo amigos para siempre y, por muchas piedras que pongan en el camino los odiadores profesionales de siempre, continuemos en este camino juntos porque, al menos para mí, lo de 1992 no fue una excepción sino el comienzo de una hermosa amistad. T'estimem, Barcelona. Sigamos quitándole títulos al Madrid y asombrando al mundo juntos :)
... y si no, pues separación de bienes y a tomar por culo. Que está muy bien eso del citius, altius y fortius pero la paciencia humana también tiene un límite.
PD: Dejar clara mi opinión sobre varios conceptos: ¿Referéndum? SÍ. ¿Vinculante? NO. Deberían permitirse los referéndums de cualquier tipo (salvo los bananeros, que es el caso del que nos concierne ahora) y en cualquier ámbito, no hay expresión más pura de la democracia que ésa. Ahora bien: en tanto y en cuanto la pregunta realizada afecte a un territorio ajeno al ámbito de dicha consulta, debe ampliarse el alcance del mismo. Ejemplo: ¿Quiere que Cataluña se independice de España? Referéndum no vinculante en Cataluña primero, y si sale que SÍ, llevarlo al Congreso y hacer luego otro vinculante a nivel nacional puesto que dicha decisión afectaría a la integridad del estado. Se conoce la opinión de los catalanes y se respeta la soberanía nacional. Además, una decisión tan trascendente debería contar con una mayoría amplia del electorado, de mínimo un 60% para que fuera legítima y no volviese a una mitad de la población contra la otra por apenas dos puntos de diferencia (ejemBrexitejem). Creo que son dos medidas de cajón que ni el mayor Junqueras ni el mayor García Albiol me podrán rebatir, sinceramente.
viernes, 21 de julio de 2017
Leave out all the rest
Increíble y terrible. Hace apenas un mes estaba viendo en el Download a Linkin Park y parece que haga mil años ya de aquello. Chester Bennington se veía tan lleno de vitalidad, de energía... quién podía haber imaginado lo que estaría pasando por dentro. Chris Cornell y Chester Bennington, dos amigos unidos en la vida y en la muerte (de hecho Bennington se quitó la vida el día del cumpleaños de Cornell... gallina de piel) y dos inesperados y demoledores palos demasiado seguidos para los fans de la música en particular y de la vida, en general. Dejad de reclutar gente antes de tiempo para el Monsters of Rock Edición Generación X del cielo y permitidme pasar mi crisis de mediana edad con naturalidad, por favor, que ni siquiera soy aún consciente de que hace 20 años que acabaron los noventa y no estoy preparado para ver marchar a mis ídolos tan pronto...
PD 1: Ahora me siento fatal por todo lo que me he metido con el último disco de Linkin Park :( Aunque no me desdigo, ojo, que sigo pensando que es una puta mierda.
PD 2: Lo sé, me he dejado fuera de la imagen a gente como Mike Patton, Thom Yorke, Maynard James Keenan, Shirley Manson o Serj Tankian pero las reglas del meme eran 9 cabezones...
PD 3: Pocas canciones me hacen replantearme la vida (y la muerte) como ésta. Hoy, con más motivo. Hasta siempre, Chester.
miércoles, 19 de julio de 2017
Pase por caja
Increíble cómo ha empezado este año Juego de Tronos. Y dicho esto salgo corriendo, que creo que ya empiezo a oír a la Fiscalía a lo lejos.
PD: Ángel María Villar, al talego. No sé si serán ciertas la acusaciones del cobro de comisiones ilegales, pero sólo espero que lo de TENER A CLEMENTE 6 AÑOS COMO SELECCIONADOR aún no haya prescrito. Hierro de mediocentro, no olvidamos.
lunes, 17 de julio de 2017
¡Al fresco!
Ayer en Madrid a 46º y, sin embargo, hoy que ya noto el frío del largo invierno recorrer mis huesos. O eso o que en mi oficina se han vuelto a pasar tres pueblos con el aire acondicionado, que más bien va a ser eso. Séptima y penúltima temporada de Juego de tronos, allá voy. Y vosotros, lo de siempre: no spoileéis si en algo apreciáis vuestra vida, que llevo ya demasiados episodios vistos de esta serie como para que me quede en el cuerpo algo de humanidad.
PD 1: Un referéndum ilegal organizado por el gobierno en Cataluña sin garantías legales es malo, pero un referéndum ilegal organizado contra el gobierno en Venezuela sin garantías legales es bueno. Me lo explique alguien, por favor.
PD 2: 20 años después, Miguel Ángel Blanco ha pasado de ser un símbolo de unión a uno de desunión. La utilización de su imagen por parte del PP como arma arrojadiza contra sus rivales ha sido sonrojante pero, joder, es que a veces se lo ponen demasiado a huevo. Manuela, te tengo mucho aprecio pero mal, muy mal esta vez: dime por favor que tantos remilgos para poner la dichosa (e inofensiva) pancarta no han sido porque Miguel Ángel Blanco fue una víctima de derechas y no una de izquierdas...
lunes, 10 de julio de 2017
Mad Cruel
A estas alturas seguramente todos sabréis ya lo que sucedió el pasado finde en el Mad Cool (o Mud Cool -joder lo que llovió-, o Mad Cruel o como lo queráis llamar), pero por si vivierais en una cueva os lo recordaré: alrededor de las 23 horas del viernes, minutos antes de que empezara el concierto de Green Day en el escenario principal, un acróbata que estaba haciendo una performance en un cubo suspendido por una grúa a unos 30 metros de altura cayó al vacío tras algún fallo aún por esclarecer. Los asistentes, entre los que yo me encontraba, vimos caer al hombre (inmediatamente vino a mi cabeza el recuerdo de Owen Hart) y en un principio no teníamos muy claro si se trataba de parte del show o acabábamos de presenciar un accidente, incógnita que se nos despejó unos pocos segundos después cuando vimos en las pantallas del escenario (que habían estado retransmitiéndolo todo) cómo los sanitarios acudían raudos para asistir al acróbata caído. Tras unos momentos de incertidumbre y algún que otro probablemente desafortunado chiste de humor negro (Isa, Vero, nos veremos en el infierno), la ambulancia arrancó y el público estalló en aplausos, pese a que era bastante evidente que nadie podría sobrevivir a una caída semejante. Así que, tras varios minutos de silencio oficial (no salió nadie a anunciar qué había pasado, cómo se encontraba el artista o incluso si el festival se cancelaba o no) y de numerosos microdebates éticos con el cuerpo medio cortado sobre si debíamos irnos o no de allí, de repente salió un animador vestido de conejo al escenario y, antes de que nos quisiéramos dar cuenta, ya estábamos todos dando botes al ritmo de Know your enemy con unos Green Day hiperexcitados que parecían no enterarse de la misa la mitad (como finalmente se confirmó).
La música sirve de catarsis y hace que olvides todos los males, pero saltar y cantar como un poseso cuando unos pocos minutos antes habías visto cómo un hombre había sufrido un accidente probablemente mortal hace que, en los momentos en los que baja la adrenalina, te sientas, como mínimo, un poco mal contigo mismo. El caso es que, entre canción y canción, mirábamos twitter para saber si había alguna novedad con el accidentado... y a la media hora o así se confirmaba la terrible noticia: el artista, Pedro Aunión, había fallecido. Y ahí ya sí que se me quitaron definitivamente las ganas de concierto, así que aproveché que el Pisuerga pasaba por Valladolid (vamos, que tenía que ir al baño) para quitarme de en medio y decirle adiós muy buenas a Green Day pese a que los pobres no tenían culpa alguna. Se acababa la fiesta y tocaba volver a la realidad, una en la cual un hombre había muerto, 100.000 personas no sabían o no querían saber nada del asunto y daba la sensación de que el espectáculo debía continuar a cualquier precio.
Muchas cosas se han dicho desde entonces, el 99% de ellas por gente que ni estuvo allí ni probablemente sea consciente de cuál fue el cóctel de emociones que vivimos los allí presentes como para juzgarnos con la ligereza que se está haciendo. Podríamos tirarnos días, semanas, meses discutiendo sobre si el festival debió cancelar o no, sobre si debía haber informado a los asistentes y a la banda de lo que había sucedido, de si los que no nos fuimos en cuanto se supo la noticia somos unos malnacidos o de si cuando hay dinero de por medio todo lo demás es tristemente secundario. Es un tema con muchas aristas pero en el cual yo tengo una opinión muy clara: el festival debió informar a los asistentes y a las bandas de lo que había sucedido, y ahí darles la opción de que cada uno eligiera tocar (aunque fuera al día siguiente, modificando los horarios) o cancelar su actuación. Yo habría suspendido el festival (sólo esa jornada, ojo) de inmediato por respeto al fallecido, pero entiendo las razones de seguridad que aduce la organización y que tanta gente ha ridiculizado olvidando que se tomó dicha decisión conjuntamente con la policía ya que, salvo que se demuestre lo contrario, fue un accidente fortuito que en ningún momento puso en peligro la integridad física de los artistas ni de las decenas de miles de asistentes (por ejemplo, sí que habría sido un peligro que hubiese seguido diluviando) como quizás sí podía haberlo hecho el cancelar súbitamente el evento. Tened en cuenta que, a mayor es la masa, mayor es el aborregamiento: nosotros sabíamos lo que había pasado porque estábamos al lado y teníamos acceso a twitter, pero imaginad que se cancela el festival, se pone en marcha el teléfono escacharrao y de una persona muerta en un accidente en una punta del recinto pasamos a un asesinado y de ahí a un acto terrorista cuando el mensaje llega a la otra punta. Evidentemente la Caja Mágica no es el Madrid Arena, pero 100.000 personas cabreadas y asustadas ahí dentro... caos asegurado, y lo sabéis.
En cuanto al debate moral, eso ya queda para la conciencia de cada uno pero, repito, estuve ahí y sé lo que se vivió y se sintió: tan respetable creo que es, en esas circunstancias, optar por irse (ya sea por el shock del momento o por la indignación con la organización) como por quedarse. Billie Joe Armstrong dijo sobre el escenario, pese a no tener idea en ese momento de lo que había pasado, algo del estilo de que sólo había una vida y que había que vivirla. Pues eso era lo que hicieron (hicimos) los que nos quedamos esa noche y volvimos al día siguiente al festival: aún con la losa encima del recuerdo de lo sucedido y el dolor por ver cómo la vida a veces puede ser tan injusta, elegimos no venirnos abajo y optamos por cantar (mal), bailar (peor aún), reír, beber, comer perritos, hacernos selfies, volver a beber y, en general, vivir nuestra vida con la mayor intensidad posible precisamente como homenaje a alguien que había entregado la suya al arte, al entretenimiento, a la belleza y a sacar una sonrisa a la gente que le rodeaba. No creo que pueda volver a escuchar nunca Purple rain sin sentir un escalofrío recorriéndome la espalda pero tampoco pienso ser un hipócrita de tantos que están hablando estos días de Pedro como si le conocieran de toda la vida para así poder sentirse moralmente superiores a los que decidimos quedarnos esa noche. Fue una tragedia por lo que sucedió y por cómo sucedió, sí, pero creo que es de cajón resaltar, y probablemente esto que diga sea bastante impopular, que le sucedió a alguien que no era familiar nuestro, ni amigo nuestro, ni nadie mínimamente conocido por el gran público así que argumentar que su muerte deba causar el mismo impacto emocional en los asistentes que, por ejemplo, la de un miembro de la banda es de primero de demagogia. Si un espectador de un partido de fútbol sufre un infarto y muere en la grada (como más de una vez ha pasado), el partido no se detiene. Si vas por la calle de camino a comprar el pan y ves cómo atropellan a un hombre, te sobrecoge el corazón pero sigues yendo a comprar el pan igualmente. Es un hecho puntual que le sucede a una persona puntual, que te hiela la sangre en ese momento pero que no te afecta directamente y por ello, pese al shock y la tristeza evidentes, continúas con tu vida. ¿O acaso guardásteis el mismo luto vosotros, mis concienciadísimos amigos tuiteros, o salísteis el sábado de marchukis?
En resumen: en mi opinión, repito, el festival debería haberse suspendido el viernes tras conocerse la muerte del acróbata pero haber continuado el sábado ya que la seguridad del público en ningún momento corría peligro y no por no quedarnos en casa el sábado de negro riguroso considero que los 100.000 asistentes seamos peores personas por ello. Así que respeto máximo para Pedro, esclarecimiento de los responsables (si es que los hay) y que el espectáculo, la diversión, la música, la vida, continúen SIEMPRE. Es lo único bueno que podemos sacar de esta triste historia.
PD 1: Me parece absolutamente repugnante que, con el cadáver del acróbata aún caliente y sin tener aún ni puta idea del motivo del accidente, ya haya quien arrime el ascua a su sardina y trate de politizar este asunto convirtiéndolo en un ejemplo de explotación laboral, de lucha de clases (conviene recordar que Pedro Aunión no era ningún becario que cobrase 2€ la hora sino un reputado coreógrafo que vivía en Londres y era el director de su propia compañía de danza... un proletario de manual, vamos), de lo cómplices que somos los que optamos por no irnos a casa y demás patochadas. De hecho el sábado se convocó una manifestación en una de las puertas del recinto pidiendo no sé muy bien qué y bloqueando los pasos a los festivaleros en un momento que creó, me comentan, momentos de bastante tensión y agobio para los que allí estaban presentes. Querían que nos sintiéramos avergonzados, y doy fe que lo estoy. Pero es vergüenza ajena lo que siento.
PD 2: Todos los putos telediarios (y algún que otro periódico) denunciando la insensibilidad de la organización del festival a la vez que emitían imágenes explícitas de la caída. Querido director de El Mundo: yo, con todo lo malvado que soy, al menos borré de mi móvil la foto de la caída.
PD 3: Por increíble que parezca, en el festival tocaron más grupos aparte de Green Day. Fantásticos, como siempre, los Foo Fighters (pese a que los vimos desde Parla) y conciertazo de M.I.A., la cual, hasta donde yo sé, fue la única artista que le dedicó unas palabras al fallecido. Todo un detalle por su parte.
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