PD 1: Ni un sólo actor asiático entre los ganadores. Ni esquimal. Ni transexual. Ni pelirrojo. Ni del Logroñés. Los Oscars no aprenden.
PD 2: ¿No os resulta irónico escuchar a los actores hablando de que no hay que poner barreras en el mundo, y un rato después entregando un premio a la mejor película DE FUERA DE LAS BARRERAS ESTADOUNIDENSES?
PD 3: Lo único que queda de nuestro paso por este mundo es la huella que dejamos en los que nos rodean, y el legado que ha dejado Pablo Ráez es el más hermoso posible: solidaridad, amor, y el mensaje de que nunca, nunca, nunca hay que rendirse. Hasta siempre, titán.
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