Ni Lakers-Celtics, ni Ali-Frazier, ni Messi-Hacienda. La mayor rivalidad de la historia del deporte hoy ha escrito un nuevo capítulo con la victoria de Federer sobre Nadal en el Open de Australia en un partidazo (otro más) pero, sobre todo, nos ha dejado un mensaje demoledor: como ya dijo en su día el filósofo Rocky Balboa, nada termina hasta que tú sientes que termina y, por suerte, a éstos dos aún les queda cuerda para rato. Pasión uno, elegancia el otro, calidad a raudales ambos y un maravilloso respeto mutuo pero, sobre todo, ese interminable afán de superación personal (hace dos meses nadie daba un duro por ambos y miradles). Qué necesario es el ejemplo de gente como Rafa Nadal y Roger Federer en el mundo de hoy en día. No os retiréis jamás.
PD 1: Qué jodidamente difícil ha sido seguir el partido por la tele VISTIENDO LOS DOS EXACTAMENTE IGUALES. Vamos, que he celebrado puntos de Rafa que en realidad habían sido de Federer.
PD 2: 35 años que tiene Roger Federer y ahí sigue el tío ganando títulos... ¿eh, guapi? :*
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