martes, 26 de noviembre de 2013

Poca broma

Atención, post serio. Ayer fue el Día mundial para la lucha contra la violencia de género y quiero aprovechar la circunstancia para, aparte de, por supuesto, mandar todo mi apoyo a las mujeres que sufran esta lacra (denunciad, joder), soltar algo que llevo ya demasiado tiempo pensando para mis adentros, y mis disculpas de antebraso a quien considere la comparación que voy a realizar poco afortunada. Copio y pego parte de un artículo de ABC en el que una psicóloga habla acerca del maltrato psicológico:

Lo más grave (...) es que las personas que sufren este tipo de maltrato psicológico se vuelven cada vez más dependientes. «Cada vez más ven las agresiones como algo natural, habitual, se acostumbran a ello, hasta tal punto de que les cuesta muchísimo salir de allí. Incluso hasta el punto que a menudo te dicen que no están seguras de si quieren abandonar al otro en realidad. Evidentemente quieren salir, pero su nula autoestima las confunde y las bloquea».

A continuación en el texto, dicha psicóloga enumera las características más comunes de dicho tipo de maltrato, y ahí era a donde quería llegar yo, puesto que cada una de ellas me recuerdan misteriosa y peligrosamente a... digamos, una serie de discursos muy presentes en nuestro día a día y que, seguramente, muy poca gente haya podido ver alguna vez desde esta perspectiva. Os paso a continuación los diferentes puntos para ver si os suenan de algo...

Te anulan la autoestima: te dicen o te hacen sentir que no sirves para nada, que eres un o una inútil, te ningunean, te desprecian. Esto, a su vez, hará que no te sientas «capaz de irte», de acabar con aquello, puesto que piensas, "¿a dónde voy a ir?"


—El maltratador/a te da órdenes que tienes que obedecer y sientes que no tienes ninguna opción de quejarte o de expresar disconformidad, porque va a ser peor.


No te permite ser quien eres, hacer las cosas que te gustan, ir a los sitios que te hacen disfrutar.


—Te van alejando cada vez más de tu gente, te hablan mal de tu familia, de tus amigos, y de todos los que te quieren hasta que te quedas sola/o.


Te juzgan: lo que tú haces, cómo eres, cómo hablas... Te llevan a que cambies.


—El maltratador/a te culpa de lo que sucede, incluso de cosas que te son ajenas, haciéndote responsable de todo lo malo que hay en su vida. Aunque sean cuestiones del todo irracionales.


Cuando menos... curioso. Probablemente muchos de vosotros penséis que es de mal gusto comparar el modus operandi de la violencia psicológica con el de las políticas de recortes pero la realidad es que ambas, cada una en su ámbito, tienen una única función: causar un daño irreparable a los más débiles en beneficio de unos pocos hijos de puta que casi siempre acaban saliendo impunes. Debería haber también un Día mundial para la lucha contra la violencia económica. Pero al punto 2 me remito.

PD: Que sí, que mañana hablaré de lucha libre, que sé que lo estáis deseando.

1 comentario:

  1. Desde luego, para el que no este informado, estos mensajes les pueden hacer mella...

    Un saludo.

    ResponderEliminar