¡ATENCIÓN, POST SOBRE LUCHA LIBRE! ¡ESTÁIS AVISADOS! (Y SÍ, YA SÉ QUE SE PEGAN DE MENTIRA)
De todos los años que llevo siendo fan del wrestling en general y de la WWE en particular una de mis mayores pasiones ha sido ejercer de "booker" (o guionista) y poder crear en mi mente mis carteleras soñadas o hacer los cambios en las mismas que yo considerase oportuno: tal luchador debía de haberse enfrentado a éste en vez de a éste, éste no tenía que haber hecho pareja con éste, a este combate le habría beneficiado más haber tenido tal estipulación, éste tenían que haberlo reservado para otro ppv más adelante... Lo dicho, que me montaba (y me monto) mis películas. Algo muy sano de no ser porque, de unos años vista, disfruto casi más con las carteleras que me construyo en mi cabeza que con las reales. Todo por culpa de una gestión a mi modo de ver desastrosa del tremendo talento con el que cuenta la WWE, con una saturación excesiva de su programación (8 horas a la semana más 12 ppvs al año llenos de combates prácticamente iguales), un estilo poco innovador (hace años que no se introduce ningún concepto novedoso en los combates) y blando (centrado el target principalmente en el público infantil, con violencia light y sin sangre ni tacos), historias poco curradas o mil veces vistas (a esto contribuye seguramente que lleve ya 23 años viendo lucha libre, ejem) y una gran falta de valentía (nunca le dan oportunidades DE VERDAD a los jóvenes que destacan), que ha conseguido que pierda bastante la ilusión en seguirles cada semana. De hecho, ahora veo los ppvs y poco más, rara es la semana en que veo completo algún programa (combates sueltos como mucho). Y es una pena, porque, como he dicho antes, la WWE cuenta con una plantilla llena de talento que se deja los cojones día sí día también sobre el ring.
Un gran ejemplo de estos continuos chascos se ha producido con su ppv más reciente, Survivor Series, uno de los "4 grandes" del calendario histórico de la WWE. Las conocidas en la época de Telecinco como "Series de supervivencia" han sido desde siempre uno de mis eventos favoritos del año, en el cual todos (o casi todos) los combates del cartel consistían en varios equipos de 4 ó 5 luchadores que se enfrentaban entre sí eliminándose uno a uno (de hecho todos los años tengo en mente hacer una versión de este combate al estilo Pollas Rumble con famosos pero nunca me animo). Sin embargo, en los últimos años este evento ha sido bastante maltratado por los guionistas, ya que han marginado los combates de eliminación a tan sólo uno o dos en el total de la cartelera (y, encima, sin darles demasiado hype), convirtiendo este ppv en, simplemente, uno más del calendario, perdiendo la magia que tenía antaño. Este año la cosa pintaba distinta ya que en los últimos meses habíamos visto diferentes historias que más o menos hacían intuir claramente cuáles podían ser los diferentes equipos que formaran parte del evento, pero en vez de ir por la senda lógica (y demandada por la gran mayoría de fans de El Internet) han decidido tirar por el camino de siempre: crear un evento sin el más mínimo interés, con dos combates por los campeonatos mundiales mil veces vistos (y previsibles hasta decir basta), uno en el que los dos mejores luchadores de la compañía (CM Punk y Daniel Bryan) hacen pareja para enfrentarse a dos esbirros de su enemigo común (ni siquiera se enfrentan a él directamente), otro que era una revancha de un combate visto 6 días antes, otro creado sobre la marcha y únicamente dos combates de eliminación sin demasiada chicha anunciados en la misma semana del evento. El ppv, como era de esperar, fue un desastre (pese al combatazo de Roman Reigns), y más aún viendo que al día siguiente prácticamente todos los combates que algún incauto había pagado 44.95 $ por ver los echaban de nuevo de grati en el programa de los lunes, rompiendo la poca magia que aún pudiera quedar. Lo dicho, para olvidar.
Así que voy a aprovechar que tengo este blog para desahogarme públicamente por el gran cagarro que ha sido este año mi querido Survivor Series y para denunciar las continuas tropelías que sufre cada año este evento por parte de unos bookers que parecen buscar excusas para su cancelación. Por tanto, voy a dar rienda suelta a mi imaginación para proponer tres opciones que, en mi humilde opinión, habrían mejorado notablemente el show de este año y, de paso, servirían de hoja de ruta en años venideros. Porque, tal y como está el wrestling hoy en día, únicamente con dos combates de eliminación donde nadie se juega nada no vas a vender una mierda. Ergo, propongo:
OPCIÓN 1: 2 COMBATES INDIVIDUALES Y 3 COMBATES DE 6 VS. 6
Cogiendo como base el cartel de este año, y dejando los Big Show-Orton y Cena-Del Rio (soporíferos) para no cambiar demasiado las cosas, retoco todo lo demás añadiendo tres combates de 6 vs. 6 que continúen la tradición del evento y garanticen guantazos y acción a cascoporro. Joder, es que hace dos semanas tenían a huevo el que pongo abajo, el Team Yes! vs. Wyatts/Shield, y algún iluminado decidió cambiarlo por una pelea de parejas estándar. Son ese tipo de decisiones estúpidas las que crean posts como éste.
OPCIÓN 2: 2 COMBATES INDIVIDUALES Y 4 COMBATES DE 4 VS. 4, EL PRINCIPAL UN WILDCARD MATCH
Mantenemos los dos combates antes mencionados por los dos títulos y añadimos dos de supervivencia de luchadores individuales, uno exclusivo de parejas (como ya sucedió en 1987 y 1988) y otro de divas. Aquí el atractivo consistiría en el retorno del Wildcard match, original concepto de 1995 en el que se mezclan buenos (faces) y malos (heels) y al que yo añadiría una estipulación especial: los supervivientes ganarían, cada uno, una oportunidad por el título que ellos deseasen en el momento que ellos deseasen, como muy tarde hasta el Royal Rumble de finales de enero. Decidme ahora si este combate no adquiriría de repente una gran trascendencia.
OPCIÓN 3: 5 COMBATES DE 5 VS. 5 CON LOS TÍTULOS MUNDIALES EN JUEGO
Y he aquí la pièce de résistance de mis sugerencias, mi niña bonita de la cual estoy tan orgulloso que si la WWE viese este post y me la copiase ni siquiera pensaría en demandarles. Que todos los combates sean de eliminación y que los dos títulos mundiales (o el mundial y el Intercontinental si los unifican finalmente) sirvan para que los dos capitanes se jueguen dicho cinturón. Las reglas serían simples: si el equipo del campeón es derrotado, los supervivientes del equipo contrario ganarían el cinturón si se trata del capitán del mismo o una oportunidad al título si son sus compañeros (o ambos casos, inclusive). Un concepto creo que sencillo que le daría una vidilla enorme a este ppv y no haría que tuviésemos la sensación de que es, simplemente, uno más que no pasa nada si te pierdes. Survivor Series debe recuperar su grandeza. ¡Vince, contrátame!
PD: Finalmente dos años de cárcel para el tartazo a Yolanda Barcina. Puto Estrasburgo, tenían que haberle caído 40 a ese tartarrorista.