En estos tiempos de mezquindad, egoísmo y falta de escrúpulos resulta un soplo de aire fresco encontrarse con cosas así, muestras de que por mucho que los de arriba se empeñen en mentirnos, asfixiarnos e incluso hostiarnos físicamente para mantener su statu quo a toda costa, los de abajo somos los que realmente tenemos el poder para cambiar las cosas y jamás conseguirán que doblemos (al menos, del todo) la rodilla. Me enorgullece que gentuza como Antonio Moreno me considere su enemigo... pero me enorgullece aún más ver quiénes son, en consecuencia, mis amigos.
PD: si en vez de llevar palestinos los estudiantes hubiesen vestido trajes de Forever Young, ¿les habrían hostiado igual?
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