lunes, 31 de octubre de 2011

Películas de Halloween 2011: Déjame entrar

Sobrecogedora. Sólo así puedo definir Déjame entrar, el remake americano de la peli sueca Låt den rätte komma in (toma detalle cultureta) en la que se narra cómo la vida de un chaval débil e introvertido con una existencia no demasiado plácida (en el colegio es acosado por tres matones, su madre está más pendiente de su tortuoso divorcio que de él y ansía con huir de su anodino pueblo) cambia por completo cuando se enamora de su nueva vecina, la cual resulta ser... un vampiro.

No os engañéis, esta
pinícula no tiene absolutamente nada que ver con el rollito Romeo y Julieta edulcorado y lleno de metrosexuales de Crepúsculo: su ambientación es estremecedora (da muy mal rollo), es muy visceral (de vísceras, vaya), la música acompaña perfectamente (Michael Giacchino, ese crack) y los dos niños protagonistas están de diez en sus actuaciones. Especialmente bien está Chloë Moretz, actriz sorprendentemente madura para su edad y que con sus papeles de Hit Girl en Kick-Ass y de hermana-confesora de Tom en (500) Días juntos se ha convertido en la niña de mis ojos hollywoodiense (no penséis mal, putos pedobears). El único punto negro del flin son los efectos especiales, con esos movimientos tan irreales de la protagonista cuando da caza a sus víctimas, pero se le perdona porque apenas son dos escenas en toda la peli y no dañan el resultado final. Además, Matt Reeves (director de la, para mi gusto, injustamente criticada Cloverfield) hace un trabajo excelente: esa escena, por ejemplo, del SPOILER primer asesinato del "padre" de Abby en el coche END SPOILER es digna de Zodiac, se palpa la tensión en todo momento.

En resumen, que pese a que no he visto la original (y eso que la tengo bajada pero me parece a mí que sin subtítulos la va a ver Perry) Déjame entrar es un macabro relato acerca de la pérdida de la inocencia que me ha parecido de lo mejorcito que he visto dentro del género de horror en mucho tiempo. No es una pinícula de terror al uso, así que no esperéis sustos facilones. Eso sí, después de terminar de verla, y especialmente después de ver la escena de la piscina... os quedaréis un buen rato conteniendo la respiración.

Avon llama a su puerta

PD: por fin tengo decidido mi disfraz de Halloween de esta noche. Voy a ir... de imbécil. Jijiji.

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