miércoles, 21 de septiembre de 2011

Sin balón no se juega

Esa portada que tenéis ahí a la derecha, de julio de 1994, corresponde a mi primer número de Don Balón (bueno, en realidad la foto la he sacado de Google pero seguidme el rollo) de los muchos que me compré durante mi infancia. Esta revista, todo un clásico de los kioscos y una lectura de cabecera para todo aquel que se considerase un futbolero de pro (que no del Pro) durante décadas, contribuyó no sólo a que se asentase mi creciente pasión por el fúngol (apenas hacía un par de años que me había hecho oficialmente del atleti) descubriendo a los cracks de la época como Romario, Stoichkov, Laudrup, Baggio, Ginola, Kostadinov o, por qué no, Caminero, sino que además hizo que me empezase a interesar por los medios de comunicación (si fue la lectura o las imágenes lo que más me atrajo ya no os lo sabría decir). Bien es cierto que con el paso de los años empecé a dejar de seguir esa revista, pero siempre le he tenido un cariño especial porque fue, en cierto modo y junto al Marca, el medio que originó mi interés por el periodismo deportivo. Qué carajo, aún guardo en mi casa el número del doblete del atleti. El de Antic, digo.

Por eso, esta mañana me he llevado un chasco cuando me he enterado que Don Balón, nuestro querido Don Balón de toda la vida, ha tenido que cerrar. En parte por la crisis, en parte por su propio formato (difícil que un semanario futbolístico consiga mantenerse a flote en esta era de la inmediatez) y en gran parte por una malísima gestión (por lo visto su último dueño era un chorizo de ciudado), el caso es que los futboleros de este país nos quedamos sin una de nuestras revistas de cabecera... y los maquetadores, con un medio menos en el que echar el currículum. Liga bipolar por un lado y goteo continuo de cierres de medios o de recortes de personal (como en Público o, sin ir más lejos, en mi propio trabajo tal y como nos han comunicado hoy) por otro. Quizá va siendo hora de que cambie de aficiones.

PD 1: tras haber visto anoche los dos primeros episodos del Cheers español (o Los Cheerrano, como dicen por ahí) no podría estar más de acuerdo con lo que dijo el señor W. en Ciñéfagos: dan ganas de verse la original. Mañana, el post pertinente.

PD 2: Cristiano saca el dedo medio de paseo a su llegada a Santander y, después de ver el revuelo montado, dice que en realidad se lo sacó de broma a Pepe. Casi mejor que hubiese mantenido la primera versión, por el bien de su equipo... y el suyo propio.

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