sábado, 16 de julio de 2011

From Tocata to eternity




No os podéis imaginar la influencia que ha tenido en mi vida este vídeo y su importancia para mí. Tras muchos años en el olvido, recientemente me dio por buscarlo por El Internet y cuando lo encontré no se me saltaron dos lagrimones de pura casualidad: ese pedazo de playback en un Tocata (los más viejos del lugar recordaréis ese programa) de mediados de 1983 fue LA PRIMERA ACTUACIÓN DE IRON MAIDEN QUE VI EN MI VIDA. Ya no me atrevo a afirmar con rotundidad si con ese miniconcierto, el cual grabó en su día mi hermano en beta y aún conservo en mi piso de Fuengirola, fue cuando descubrí la existencia de un grupo de jevis melenudos llamado igual que el apodo de Margaret Thatcher, pero sí que es el recuerdo más antiguo que poseo de uno de los iconos más queridos de mi infancia: esa energía sobre el escenario, esas melenas al viento, esa diversión que se les veía en el rostro, ese Eddie que me provocaba tanto terror como fascinación... Sencillamente adoraba a los Maiden cuando era un enano y los sigo adorando ahora.

Lo que sentí al ver una de las primeras actuaciones de mi grupo favorito de todos los tiempos en España (dato friki: la primera fue el 4 de abril de 1982 en San Sebastián) fue más o menos lo que sentiré esta noche en el Sonisphere de Getafe cuando vea el que, quizás, sea su último concierto en nuestro país antes de su retirada. Iron Maiden sacó su primer disco el mismo año que yo nací, 1980, y huelga decir que me han estado acompañando desde entonces siendo, con el permiso de Trent Reznor, la banda sonora de mi vida. No sé si hoy se cierra el círculo de nuestra relación y si volveré a disfrutar alguna vez de Bruce, Steve, Nicko, Adrian, Dave y Janick (para mí son ya como coleguitas) en directo. Por eso esta noche, aunque ya no tengan la misma fuerza que en sus comienzos ochenteros (la edad no perdona), su setlist sea pelín soso (por no hablar de su total previsibilidad), me cueste un pastizal (el resto del cartel del festival no me interesa en absoluto) y me toque ir solo a dar y recibir codazos (Mr. Ñorder, tú antes molabas), estaré con el resto de headbangers dándolo todo para agradecer a los Maiden todos los años de entretenimiento y emoción que su música me ha ofrecido. Ver a Iron Maiden en directo es algo que cualquier aficionado a la música debería hacer, al menos, una vez en la vida. Ésta va a ser mi segunda. Ojalá, ojalá que no sea la última.



No pasa nada, mi cámara tiene flash

PD: la entrevista (con un Abellán recién salido de la facultad) y actuación completa de Iron Maiden en Tocata en 1983: Parte 1 | Parte 2 | Parte 3 | Parte 4 | Parte 5. Oro puro.

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