jueves, 3 de febrero de 2011

El efecto LOST

Parda se está liando recientemente en el mundo árabe, primero con una revuelta en Túnez (que no es lo mismo que un revuelto de atunes) que acabó causando la huida de su primer ministro Ben Ali, y ahora con otra en Egipto que tiene toda la pinta de que acabará también con el régimen de Mubarak. Nuestros hermanos musulmanes han acabado hasta los cojones de líderes corruptos y dictatoriales que son amparados por occidente (hasta que los echan, claro, que entonces pasan de llamarles "pacificadores" a llamarles "tiranos"), ¿verdad? ¡Pues no necesariamente! El Mierdiario ha hecho un estudio a conciencia de esta crisis internacional y ha llegado a una conclusión estremecedora: ¡TODO ESTO ES POR CULPA DEL FINAL DE LOST! A las pruebas me remito:



Túnez era el lugar del planeta al que iban las personas que giraban la rueda congelada. Egipto era el sitio del que, presumiblemente, llegaron las personas que construyeron El Templo, La Estatua y los cienes y cienes de jeroglíficos que había en cada rincón de La Isla. Esta semana se cumple un año del inicio de la sexta y última temporada de LOST y es precisamente ahora cuando más calientes están las cosas en los dos países anteriormente mencionados. ¿Casualidad? Los cojones que el final de la serie respondió las dudas más importantes, a estos hechos me remito. Miedo me da pensar cuál puede ser el siguiente sitio del planeta en que estalle una revolución. La que habéis montado, Lindelof & Cuse...


PD: culpo a David Bisbal de mis altas expectativas en cuanto a pirámides.

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