Por eso, cuando anoche vi la pinícula que os digo me sentí mal por un simple motivo: ¡me dieron mucha pena los gremlins! Y es que, a ver, de pequeñito yo era totalmente de Team Gizmo: me horrorizaba ver cómo esos bichejos verdes causaban el caos en el pueblo de Billy (ya sabéis, cuando eres pequeño necesitas que el mundo tenga un orden y todo esté en su sitio) y sentía un gran alivio cada vez que se deshacían de uno de ellos y la tranquilidad volvía a la vida de los felices protagonistas. Sin embargo, anoche vi el flín de un modo totalmente distinto (parecido a lo que me pasó en su día con Titanic) llegando a una horrible deducción: ¡los malos son los humanos! Miradlo bien: primero sacan al pobre Gizmo de su entorno a golpe de talonario de manera caprichosa sin importar las consecuencias (en plan Florentino Pérez), luego rompen todas las reglas habidas y por haber dándoles de comer y mojándolos y, encima, cuando ven el estropicio que ellos mismos han causado, la única solución que encuentran es el completo genocidio de una nueva especie con la que, con un poco de paciencia, podrían haber cohabitado. No hay más que ver a la madre de Billy para darme la razón: llega a su cocina, se encuentra a varios gremlins y, de buenas a primeras, se convierte en Rambo y los asesina de la manera más salvaje posible (a uno lo mete en una trituradora y a otro en un microondas hasta que le revienta la cabeza, así de primeras).
Por contra, los gremlins son seres con los que todos nos podemos identificar bastante: era ver la escena del bar y acordarme inevitablemente de mis grandes faenas nocturnas de los últimos años (sí, ésas que ahora tanto echo de menos), especialmente las acaecidas en La Chupitería. ¿Quién no ha sido un follonero, un gamberrete o ha manipulado los frenos de un coche alguna vez en su vida? Los gremlins son amigos de sus amigos (no hay más que ver que van juntos a todos lados), respetuosos con las tradiciones más importantes (no dudaron en detener su juerga para dedicar un momento a un villancico popular) y amantes del arte (esa escena final viendo Blancanieves) y ¿cómo les reciben los humanos? Con la completa y más cruel exterminación para así salvaguardar su decadente modo de vida.
Esta semana, ante mi más que cercano regreso a Fuengirola, me he reencontrado con mi pasado reciente de muchas maneras distintas, analizando fallos y aciertos, virtudes y miserias, personas que merecían la pena y personas que no, pero quizás el revisionado de Gremlins haya sido el golpe más impactante de todos: al verla ahora e identificarme con los malos de la película me doy cuenta de lo mucho que se puede cambiar como persona durante los años, y de lo mucho que podemos llegar a idealizar ciertos recuerdos que no nos atrevemos a tocar pasados los años por el miedo a que éstos se rompan y nos llenen de astillas el presente. Pues hacedlo, hamijos, no tengáis miedo y mirad hacia el futuro con el mismo ímpetu que un gremlin borracho mira el culo de la camarera del Dorry's Tavern. Repetid conmigo: ¡Gizmo kaka!
Post dedicado al Puto Anselme, al Puto Meca y, sí, al Puto Richi.
PD 1: ¿Os acordáis de mi legendario post del pestillo? Pues anoche dos personas más cayeron en el mismo error. De repente me siento menos solo en el mundo.
PD 2: Thom Yorke bailando en el vídeo del nuevo single de Radiohead, Lotus flower, como un híbrido de Beyoncé y Anselme. El tío quería llamar la atención y desde luego que lo ha conseguido.
PD 3: que alguien me explique por qué Panini Comics ha traducido la saga de los X-Men Second coming como, simplemente, Advenimiento. ¿Qué ha pasado con "Segundo"? ¿Será la crisis, que hay que ahorrar?
Me encanta tu reflexión sobre la transmisión de la ideología dominante a través de películas presuntamente inofensivas: todo es lícito cuando te sientes amenazado. Gracias a ti he descubierto el porqué de mi odio (anteriormente) inexplicable hacia Phoebe Cates.
ResponderEliminarYo, como dueño de un Gizmo que soy, he de defenderle a capa y espada. No tolero tu (seguramente acertada) reflexión.
ResponderEliminarGizmo is the best!
Ñe!
Me meo. Rily.
ResponderEliminar