
ALERTA SPOILERS GORDÍSIMOS DEL FINAL DE LOST
Si algo nos ha enseñado LOST durante todos estos años es que no hay blancos ni negros absolutos, siempre hay grises. Jacob, el representante del bien, tenía su parte oscura y egoísta al igual que AntiJacob, el "mal encarnado", en el fondo no era más que una víctima del sistema que hizo que por momentos empatizáramos con él. Jack, el férreo hombre de ciencia que no creía en la magia de La Isla, acabó abrazando la fe de Jacob y Locke, quien estaba convencido que era una especial y que era su destino estar allí, en gran parte no era más que un pobre viejo engañado y manipulado. Primero fue Ben el malo, luego lo fue Widmore, luego lo fueron los dos y al final acabaron ambos consiguiendo (más o menos) su redención. No hay verdades absolutas en LOST, todo es circunstancial, eventual e interpretable y esa máxima se puede aplicar tras el visionado de su último capítulo.
Ayer por la mañana, cuando Patri, Mario, Forjanes, Marijose y yo terminamos de ver "The End" en Cuatro (lo de los subtítulos se puede perdonar pero los 6 minutos que se comieron es pa hostiarlos) éramos personas deshechas, indignadas y rotas, en definitiva. El final nos había decepcionado mucho, demasiado, y sentíamos que nos habían engañado durante 6 años de nuestra vida y que no había merecido la pena defender con tanta pasión una serie que en su cierre tiraba de argumentos resinianos y dejaba en el aire casi todos los misterios importantes. Fue un golpe demasiado duro y nos sentimos engañados pero, al igual que Jack y otros tantos, La Isla se encargó de curarnos tanto física como mentalmente. Tras volver a mi piso y despotricar en internet un rato buscando comprensión (la encontré con creces), durante el día me decidí a buscar desesperadamente ALGO que me hiciese cambiar de opinión y no quedarme con un mal sabor de boca de la serie que tanto me ha hecho vibrar en los últimos cinco años. Armándome de fe en La Isla cual John Locke en las primeras temporadas o Jack Shephard en las últimas, comencé mi travesía por internet en busca del milagro... y lo encontré. Tras leerme más o menos un millón de interpretaciones de la finale, el Puto Jon me pasó este link en el cual un tipo nos da la suya propia respecto al global de la serie y la verdad es que lo clava. Pedante como él solo, pero lo clava. No sé si será la explicación oficial, pero hizo que viese el episodio con otros ojos y, tras verlo una segunda vez por la noche con Kanouté, cambié definitivamente de opinión sobre la finale: me parece poco menos que una obra maestra. Con sus defectos, sí, pero ni mucho menos la engañifa pestilente que me pareció por la mañana y que estuvo en un tris de hacerme llorar de impotencia (las niñas sí que lloraron pero con el momento Sawyer-Juliet entre otros, jojojo). Sin embargo, y como dije al principio no hay blancos y negros sino grises, y no olvido que esta serie y su final han tenido muchos fallos, y gordos.
En la parte buena (la piedra blanca, podría decirse) está lo que casi todos los defensores acérrimos de la finale argumentaron y con lo cual me acabaron convenciendo: LOST ha sido, básicamente, una serie de personajes, principalmente de Jack Shephard, y en eso se ha centrado en su final. La Isla y todos sus misterios no serían más que un McGuffin (la de veces que oí esta palabra ayer, y eso que no la había escuchado antes en mi vida), una excusa argumental para centrarse realmente en la riqueza interior de los personajes, sus relaciones entre ellos y su evolución en la trama. Y en ese aspecto el final de LOST ha sido perfecto: Jack realizó el mayor sacrificio de todos, dando su vida por La Isla, renunciando a su amor por Kate y completando su proceso de redención que le llevó de ser una persona obcecada, cegada por su propia visión del mundo, infeliz y básicamente sola a ser un líder repleto de paz interior que es capaz de dar saltos de fe hacia lo desconocido. Y lo mismo podría decirse de los demás, de cómo han evolucionado Kate (y su fidelidad encomiable a Claire), Sawyer (que pasó de ser un solitario egoísta a ser un sinónimo de compañerismo y entrega por los demás), Hurley (pasó del más discreto segundo plano a tomar el control de La Isla, si lo miramos bien no había mejor candidato que él para el puesto) o incluso Benjamin Linus (la muerte de Alex le marcó tan profundamente que acabó siendo una persona humilde y generosa). Todos los personajes, incluso los que diñaron, llegaron a La Isla siendo un puñado de desgraciados desconocidos entre ellos y acabaron todos siendo un grupo fuerte y cohesionado de personas notablemente mejores que se desvivieron los unos por los otros. Justamente lo opuesto a la teoría de AntiJacob, que pensaba que el ser humano era básicamente egoísta, violento y corrompible. Ésa fue la gran victoria de Jacob sobre su hermano (casi más que la batalla física entre Jack y Flocke, la cual, Matrixrevolutionismos aparte, estuvo acojonante), el demostrarle que sí que puede haber buenas personas en el mundo que se interconecten de una manera tan profunda y sean capaces de, juntos, lograr un objetivo común anteponiendo los intereses individuales. Y La Isla (hogar de vida, muerte y reencarnación) les premió dándoles la posibilidad de, una vez muertos todos, reencontrarse una vez más en el limbo/purgatorio/antesala para poder partir, de nuevo todos juntos, al destino más misterioso de todos: la luz que hay más allá de la muerte. Darle la vuelta al manido "vivir juntos, morir solos", es un final poético y precioso se mire por donde se mire. Tantos reencuentros, tantos momentazos. Y todos, al fin, felices. Si me apuráis, es el mejor final posible.
Sim embargo, también existen aspectos más oscuros (la piedra negra) en este final. Este final tan espiritual es muy conmovedor pero se siente casi como una traición de los guionistas después de tantos años de lucha equilibrada entre ciencia y fe. Al final de todo, Lindelof & Cuse han optado por tirar única y exclusivamente de misticismo para explicar lo que han podido (o querido) y se han pasado por el forro aquellas frases de que La Isla no era un sueño, que no estaban muertos (estaban de parranda) o que todos los misterios de LOST tenían "una explicación científica". Por más que ahora los listillos ventajistas de turno digan que lo único importante son los personajes, ÉSE ha sido el encanto mayor de la serie: la existencia de misterios constantes bajo la promesa de que todo sucedía por una razón. Y nosotros, cual John Locke, seguimos ciegamente a los guionistas hasta el final, dando un salto de fe tras otro, defendiendo lo inefendible y esperando una recompensa final... que no hemos tenido. Lo miréis por donde lo miréis, NOS HAN ESTAFADO. Es cierto que, una vez vista la serie completa, lo que más peso tiene son los personajes (incluso la forma de narrar las historias, que también debe ser destacada), pero es la excusa fácil porque si algo ha conseguido enganchar a millones de personas durante seis años no ha sido eso sino la magia de La Isla y los continuos cebos que nos soltaban para tenernos enganchados cuales yonkis un año tras otro buscando casi única y exclusivamente respuestas, esa palabra que tanto se ha usado de manera gratuita en las promos de esta última temporada. No se deben enseñar los trucos del mago y dejar los misterios en parte inexplicados añade encanto a la trama, es cierto, pero tenían que haber aclarado UN MÍNIMO porque ahora la impresión que dan los guionistas es que, o bien no han sabido resolver todos esos cebos viendo el berenjenal en el que se habían metido, o bien no han querido hacerlo pensando en la vida post-Lost (véase venta de dvds, merchandising o simplemente alargar la leyenda de la serie), lo que en ambos casos me parece denunciable. Es, como me dijo ayer La Rizos, como si en una peli de asesinatos al final se olvidan de decirnos quién es el asesino (en Zodiac pasaba esto mismo pero al menos la película -peliculón- fue honesta con la audiencia y avisó desde el minuto 1 que jamás aparecería el asesino). Y no sólamente hablo de misterios inexplicados, sino de fallos de coherencia y lagunas argumentales que claman al cielo y dejan incompletas demasiadas tramas e incluso la comprensión de demasiados personajes. ¿Qué pasó con la guerra Widmore-Ben? ¿Y los viajes en el tiempo? ¿Y las embarazadas? ¿Y la Estatua? ¿Y la Rueda que mueve La Isla? ¿Y Walt? ¿Y la Iniciativa Dharma? ¿Y la familia Hanso? ¿Y la bomba del Incidente? ¿Y enseñar La Isla sumergida en LA X para que luego resulte que era todo una trampa del guión -no truco, TRAMPA- para tener al espectador engañado durante toda una temporada? Es DEMASIADO, una traición a la fidelidad de los fans de la serie y un insulto a nuestra inteligencia.
Lo dicho, no hay blanco ni negro. Es un final impresionante tanto por los personajes como por la trama principal pero es un insulto no ya que no hayan explicado los grandes misterios o lagunas del guión sino que ni siquiera los hayan vuelto a mencionar, y más insultante aún es que te quieran vender la moto de que es más bonito hacerlo de esta manera. De todos modos, y al igual que en la serie, el blanco ha vencido al negro y la sensación que queda en mi paladar es que he sido muy afortunado de haber podido vivir una experiencia tan inolvidable y que, pese a mis dudas iniciales y sus lagunas, el tan esperado final de LOST ha conseguido estar a la altura. Ayer estaba en estado de shock porque no me podía creer cómo había acabado LOST. Hoy estoy en estado de shock porque no me puedo creer que haya acabado LOST. Supongo que no nos queda otra que, como tantas veces hemos hecho ya, agradecer todos estos años de diversión... y dejarlo ir, como Jack y el resto de nuestros losties. Sigamos adelante, a ver qué tal.
Ayer por la mañana, cuando Patri, Mario, Forjanes, Marijose y yo terminamos de ver "The End" en Cuatro (lo de los subtítulos se puede perdonar pero los 6 minutos que se comieron es pa hostiarlos) éramos personas deshechas, indignadas y rotas, en definitiva. El final nos había decepcionado mucho, demasiado, y sentíamos que nos habían engañado durante 6 años de nuestra vida y que no había merecido la pena defender con tanta pasión una serie que en su cierre tiraba de argumentos resinianos y dejaba en el aire casi todos los misterios importantes. Fue un golpe demasiado duro y nos sentimos engañados pero, al igual que Jack y otros tantos, La Isla se encargó de curarnos tanto física como mentalmente. Tras volver a mi piso y despotricar en internet un rato buscando comprensión (la encontré con creces), durante el día me decidí a buscar desesperadamente ALGO que me hiciese cambiar de opinión y no quedarme con un mal sabor de boca de la serie que tanto me ha hecho vibrar en los últimos cinco años. Armándome de fe en La Isla cual John Locke en las primeras temporadas o Jack Shephard en las últimas, comencé mi travesía por internet en busca del milagro... y lo encontré. Tras leerme más o menos un millón de interpretaciones de la finale, el Puto Jon me pasó este link en el cual un tipo nos da la suya propia respecto al global de la serie y la verdad es que lo clava. Pedante como él solo, pero lo clava. No sé si será la explicación oficial, pero hizo que viese el episodio con otros ojos y, tras verlo una segunda vez por la noche con Kanouté, cambié definitivamente de opinión sobre la finale: me parece poco menos que una obra maestra. Con sus defectos, sí, pero ni mucho menos la engañifa pestilente que me pareció por la mañana y que estuvo en un tris de hacerme llorar de impotencia (las niñas sí que lloraron pero con el momento Sawyer-Juliet entre otros, jojojo). Sin embargo, y como dije al principio no hay blancos y negros sino grises, y no olvido que esta serie y su final han tenido muchos fallos, y gordos.
En la parte buena (la piedra blanca, podría decirse) está lo que casi todos los defensores acérrimos de la finale argumentaron y con lo cual me acabaron convenciendo: LOST ha sido, básicamente, una serie de personajes, principalmente de Jack Shephard, y en eso se ha centrado en su final. La Isla y todos sus misterios no serían más que un McGuffin (la de veces que oí esta palabra ayer, y eso que no la había escuchado antes en mi vida), una excusa argumental para centrarse realmente en la riqueza interior de los personajes, sus relaciones entre ellos y su evolución en la trama. Y en ese aspecto el final de LOST ha sido perfecto: Jack realizó el mayor sacrificio de todos, dando su vida por La Isla, renunciando a su amor por Kate y completando su proceso de redención que le llevó de ser una persona obcecada, cegada por su propia visión del mundo, infeliz y básicamente sola a ser un líder repleto de paz interior que es capaz de dar saltos de fe hacia lo desconocido. Y lo mismo podría decirse de los demás, de cómo han evolucionado Kate (y su fidelidad encomiable a Claire), Sawyer (que pasó de ser un solitario egoísta a ser un sinónimo de compañerismo y entrega por los demás), Hurley (pasó del más discreto segundo plano a tomar el control de La Isla, si lo miramos bien no había mejor candidato que él para el puesto) o incluso Benjamin Linus (la muerte de Alex le marcó tan profundamente que acabó siendo una persona humilde y generosa). Todos los personajes, incluso los que diñaron, llegaron a La Isla siendo un puñado de desgraciados desconocidos entre ellos y acabaron todos siendo un grupo fuerte y cohesionado de personas notablemente mejores que se desvivieron los unos por los otros. Justamente lo opuesto a la teoría de AntiJacob, que pensaba que el ser humano era básicamente egoísta, violento y corrompible. Ésa fue la gran victoria de Jacob sobre su hermano (casi más que la batalla física entre Jack y Flocke, la cual, Matrixrevolutionismos aparte, estuvo acojonante), el demostrarle que sí que puede haber buenas personas en el mundo que se interconecten de una manera tan profunda y sean capaces de, juntos, lograr un objetivo común anteponiendo los intereses individuales. Y La Isla (hogar de vida, muerte y reencarnación) les premió dándoles la posibilidad de, una vez muertos todos, reencontrarse una vez más en el limbo/purgatorio/antesala para poder partir, de nuevo todos juntos, al destino más misterioso de todos: la luz que hay más allá de la muerte. Darle la vuelta al manido "vivir juntos, morir solos", es un final poético y precioso se mire por donde se mire. Tantos reencuentros, tantos momentazos. Y todos, al fin, felices. Si me apuráis, es el mejor final posible.
Sim embargo, también existen aspectos más oscuros (la piedra negra) en este final. Este final tan espiritual es muy conmovedor pero se siente casi como una traición de los guionistas después de tantos años de lucha equilibrada entre ciencia y fe. Al final de todo, Lindelof & Cuse han optado por tirar única y exclusivamente de misticismo para explicar lo que han podido (o querido) y se han pasado por el forro aquellas frases de que La Isla no era un sueño, que no estaban muertos (estaban de parranda) o que todos los misterios de LOST tenían "una explicación científica". Por más que ahora los listillos ventajistas de turno digan que lo único importante son los personajes, ÉSE ha sido el encanto mayor de la serie: la existencia de misterios constantes bajo la promesa de que todo sucedía por una razón. Y nosotros, cual John Locke, seguimos ciegamente a los guionistas hasta el final, dando un salto de fe tras otro, defendiendo lo inefendible y esperando una recompensa final... que no hemos tenido. Lo miréis por donde lo miréis, NOS HAN ESTAFADO. Es cierto que, una vez vista la serie completa, lo que más peso tiene son los personajes (incluso la forma de narrar las historias, que también debe ser destacada), pero es la excusa fácil porque si algo ha conseguido enganchar a millones de personas durante seis años no ha sido eso sino la magia de La Isla y los continuos cebos que nos soltaban para tenernos enganchados cuales yonkis un año tras otro buscando casi única y exclusivamente respuestas, esa palabra que tanto se ha usado de manera gratuita en las promos de esta última temporada. No se deben enseñar los trucos del mago y dejar los misterios en parte inexplicados añade encanto a la trama, es cierto, pero tenían que haber aclarado UN MÍNIMO porque ahora la impresión que dan los guionistas es que, o bien no han sabido resolver todos esos cebos viendo el berenjenal en el que se habían metido, o bien no han querido hacerlo pensando en la vida post-Lost (véase venta de dvds, merchandising o simplemente alargar la leyenda de la serie), lo que en ambos casos me parece denunciable. Es, como me dijo ayer La Rizos, como si en una peli de asesinatos al final se olvidan de decirnos quién es el asesino (en Zodiac pasaba esto mismo pero al menos la película -peliculón- fue honesta con la audiencia y avisó desde el minuto 1 que jamás aparecería el asesino). Y no sólamente hablo de misterios inexplicados, sino de fallos de coherencia y lagunas argumentales que claman al cielo y dejan incompletas demasiadas tramas e incluso la comprensión de demasiados personajes. ¿Qué pasó con la guerra Widmore-Ben? ¿Y los viajes en el tiempo? ¿Y las embarazadas? ¿Y la Estatua? ¿Y la Rueda que mueve La Isla? ¿Y Walt? ¿Y la Iniciativa Dharma? ¿Y la familia Hanso? ¿Y la bomba del Incidente? ¿Y enseñar La Isla sumergida en LA X para que luego resulte que era todo una trampa del guión -no truco, TRAMPA- para tener al espectador engañado durante toda una temporada? Es DEMASIADO, una traición a la fidelidad de los fans de la serie y un insulto a nuestra inteligencia.
Lo dicho, no hay blanco ni negro. Es un final impresionante tanto por los personajes como por la trama principal pero es un insulto no ya que no hayan explicado los grandes misterios o lagunas del guión sino que ni siquiera los hayan vuelto a mencionar, y más insultante aún es que te quieran vender la moto de que es más bonito hacerlo de esta manera. De todos modos, y al igual que en la serie, el blanco ha vencido al negro y la sensación que queda en mi paladar es que he sido muy afortunado de haber podido vivir una experiencia tan inolvidable y que, pese a mis dudas iniciales y sus lagunas, el tan esperado final de LOST ha conseguido estar a la altura. Ayer estaba en estado de shock porque no me podía creer cómo había acabado LOST. Hoy estoy en estado de shock porque no me puedo creer que haya acabado LOST. Supongo que no nos queda otra que, como tantas veces hemos hecho ya, agradecer todos estos años de diversión... y dejarlo ir, como Jack y el resto de nuestros losties. Sigamos adelante, a ver qué tal.
PD 1: Dios santo Evangeline Lilly y Emilie de Ravin en trajes de noche... AY OMÁAAS
PD 2: buscaos (en Youtube o donde sea) "Aloha to LOST", el especial de Jimmy Kimmel que echaron en la ABC después de la finale. Este hombre es Lo Puto Crack.
PD 3: la retransmisión de Cuatro obtuvo un brutal 40% de share. Por fin algo de justicia con las audiencias de esta serie en España.
PD 4: feliz Día del Orgulo Friki, jeje.