sábado, 27 de diciembre de 2008

Arrodillaos, plebeyos


Se acabaron las tonterías, que ahora este blog pertenece a un miembro de la alta nobleza europea. A partir de hoy deberéis referiros a mí como el BARÓN ALBRET, y es que uno de los regalos que me hicieron anoche en la cena de mi cumpleaños fue una frikada insuperable: un título nobiliario. Efectivamente, ya no sólo tengo vínculos con la Dinastía de Albret (familia que reinó en la Navarra feudal y cuya historia ya expliqué en un post), sino que ahora también pertenezco a la élite de Sealand, un estado-nación sito en una plataforma petrolífera a 10 kilómetros de la costa de Suffolk, Inglaterra. Ya es más de lo que vosotros conseguiréis en vuestras patéticas vidas, plebeyos, así que si os portáis bien quizás os deje habitar en un pedazo de tierra de mi reino, ahora que la vivienda en España está tan chunga. Este regalo es lo único que me faltaba para terminar de perder la cabeza pero, mira tú por dónde, gracias a él este año voy a conseguir más títulos que Schuster, jijiji.


¡Salve, oh piadoso Albret!

5 comentarios:

  1. eso es verdad? y cuando suba la marea y quede por debajo de las aguas que hacemos? cantamos la de la sirenita con Sebastian? :)

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  2. Uff, yo prefiero mi título de reina de mi casa :)
    Besos Al.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Jaja, sabrás que por el precio de un menú del día consigues un título nobiliario de Sealand, no?

    (Huelga decir que quiero uno)

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  5. Jon,

    En realidad, tienes que sumar los gastos por comprarlo sin ser socio de la página, los de envío y los de de tramitación y oficialización del título.
    Siguiendo tu ejemplo, el menú del día se convierte en mariscada.

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