Es verano y en los periódicos es sinónimo de becarios. La ilusión con la que llegan recuerda que esta profesión es la más divertida del mundo, que tenía razón el tipo que dijo que el periodista es "ése que se pasa todo el día delante de la barra de un bar esperando a que le cuentes cosas". Lo malo llega luego, cuando aparecen los días interminables, el reportaje que se reduce a breve, las libranzas de lunes y martes, las vacaciones en noviembre...
MARCA, un periódico de factoría, le debe mucho a esa tribu. De ahí salieron la mayoría de directores, la casi totalidad de la redacción y las mejores anécdotas que se han vivido en estas cuatro paredes.
Aquí van unas cuantas: el becario que quería librar sábado y domingo porque era el cumpleaños de su padre y recibió como respuesta que el aniversario de su padre tenía que ser el lunes. El que recién llegado propuso ir a Florida a hacer un reportaje a la escuela de tenis de Bolletieri y escuchó de su jefe que cuando hiciera un millón de breves podría viajar. La que pretendía salir a las 20.00 porque iba todos los días a misa. El que se trajo una toalla porque le habían dicho que en la última planta (donde estaba el presidente de la compañía) había una pscina. El que para cuadrar el número de líneas escribió Perico el de los palotes y así salió en la edición como rival de Sampras; el que redondeaba los tiempos de atletismo; la que se tragó que Sampras le llamaba a su teléfono para anunciarle la retirada e hizo dos páginas para nada... Benditos becarios.

Esta becaria también tiene anécdotas bastante graciosas
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