Cinc anés del eau congelé

Como el Wink se queja constantemente de que no menciono las desventuras que suelo correr con mis amigos en este blog, ahí va un post morriñístico donde los haya: el top ten de los momentos más memorables del viaje de fin de carrera que hicimos a París, del cual en estos días (concretamente del 2 al 8 de marzo) se cumplen cinco años.

10: NOS TIRARON HUEVOS
Al sernos prohibida la sana y española costumbre de hacer botellón en nuestras habitaciones (ver punto número 7), decidimos hacer patria e hicimos botellón casi todos los días en la escalera del Sacre Coeur, al lado de nuestro hotel. Una noche, volviendo a nuestros aposentos, uno de los vecinos empezó a tirarnos huevos. No sé si es que no le gustaban los españoles, que no le dejábamos dormir o que le habían sobrado de alguna tortilla francesa, pero el caso es que estuvimos a punto de subir a su piso e iniciar la III Guerra Mundial allí mismo. Suerte que íbamos demasiado mamados como para enfadarnos.

09: NOS FOLLAMOS UN BOLSO
Pues sí. Estábamos haciendo tiempo hasta el okalimocho de turno en nuestras habitaciones con las niñas (antes de que nos echaran de allí), y decidimos entretenernos haciéndole el amor al bolso que una amiga nuestra se había dejado en nuestro cuarto. No diré su nombre no vaya a ser que de casualidad esté leyendo esto, jijiji. Del okalimocho en sí prefiero no hablar ¬¬

08: FOTOS MÍTICAS EN SAINT DENIS
Viajes Barceló, la compañía con la que fuimos a París (¿y si hubiéramos ido con Oceanic?), organizaba por aquellas fechas un concurso de fotografía para todos los viajes que organizaba. La mejor foto se llevaba un premio (la mitad del importe total del viaje, creo), así que me puse manos a la obra con el Wink (otra mente enajenada) y decidimos que ese viaje iba a estar repleto de fotos míticas, pues el premio debía de ser nuestro. Bien. El primer día se me jodió la cámara, al Wink se le veló su tercer carrete (el que tenía la mejor foto, véase el punto número 2) y encima al final se nos pasó el plazo para mandar las fotos a concurso, por huevones. Sin embargo, nos quedan como recuerdo imágenes míticas como las que hicimos en los murales del Stade de France. En ésta, por ejemplo, se puede comprobar cómo Zizou y yo somos amigos de toda la vida, oiga.

07: BLOODY BASTARDS
Hablé antes de cómo nos prohibieron hacer botellón en nuestras habitaciones, obligándonos a emigrar a las escaleras del Sacre Coeur. El responsable de tal acción fue un sujeto al que bautizamos como Apu, una especie de Increíble Hulk de ébano que, tras ver cómo hicimos botellón durante los dos primeros días en nuestros cuartos y una insolidaria viejecita de mierda se había quejado por el ruido, vino a nosotros tirando la puerta abajo de una patada y llamándonos "YOU BLOODY BASTARDS!!!" y nosecuantas cosas más nada agradables. Fue una exposición bastante convincente: no tuvimos cojones de volver a hacer fiestas en los dormitorios.

06: JOSEMI IMITANDO, ABSOLUTAMENTE BORRACHO, A EPI
No tengo palabras.

05: EL FRIKI DEL BANGIO
En nuestra estancia en París salvamos una vida, así como lo leéis. Haciendo botellón una noche en las escaleras vino hacia nosotros un entrañable borrachín que se dedicaba a tocar el bangio (y los huevos). Se sentó con nosotros, dialogamos con talante, cantamos canciones... Nos reímos de él, en definitiva. Al final, cuando le tocó irse vimos que iba dando demasiados tumbos, por tanto salimos en su rescate y le tuvimos que agarrar entre varios para que no se matara bajando las escaleras. Llevando la concordia allende nuestras fronteras.

04: EAU CONGELÉ
Una de las principales diferencias culturales entre Francia y España es que allí ni el Tato vende bolsas de hielo, con lo cual es harto complicado hacer botellones. Así que el primer día nos las vimos y deseamos para encontrar un sitio que vendiera hielo, empeño que nos costó bastante tiempo pero que por fin encontramos en un badulaque cerca del hotel. El problema era ahora, ¿cómo pedirlo si no teníamos ni idea de francés? Menos mal que allí estaba Josemi, siempre valiente, que se ofreció a pedirlo con sus nociones de francés con acento de Villanueva del Rosario. La conversación fue, más o menos, la siguiente:

Ochemi: Eeeh... ¿eau congelé?

Tendero hijoputa: ¿Pardon?

Ochemi: Ehm... copón... ¿Ice cubes?

Tendero hijoputa: ¿Ice cube?

Ochemi: Oui, oui, Ice Cube

Tendero hijoputa: ¿Eminem?

Ochemi: ¬¬

Al final conseguimos hielo. Se dice glacé, por cierto.

03: EL DIOS IMPOSTOR
Fijaos qué pequeño es el mundo que en nuestro hotel conocimos a dos chicas de Torremolinos que estaban por allí también de vacaciones. Por supuesto, y como es menester, Josemi y yo vimos ahí una oportunidad dorada en la Ciudad del Amor y decidimos invitarlas a los botellones que hacíamos con siniestras intenciones. En uno de los botellones, y tras ver INDUDABLES SIGNOS DE CORTEJO DE UNA DE LAS TÍAS HACIA MÍ, le dije que si le apetecía que nos fuéramos al reservado para fumarnos un petita (la tía tenía material) y así tener más intimidad. La susodicha aceptó y, mientras subíamos las escaleras, pude oír la ovación de mis compis, convencidos de que yo esa noche triunfaba.

No fue tal: las señales que ví sólo las ví en mi mente y esa tía no quería nada conmigo, así que bajamos las escaleras exactamente igual que las subimos. Eso sí, mis amigos no opinaban igual y pensaban que me había liado con ella, así que ahí eran todo aplausos y alabanzas en plan "folladoooor", "ereh un crá" y demás. Sin embargo, yo que soy un cachopan, no pude contener la mentira durante mucho tiempo y acabé derrumbándome y confesando que no había hecho nada con esa tía. Se pasó de la alabanza al cachondeíto y al calificativo homófobo, obviamente U_U Y, para más inri, a la tía le sentó mal el peta y Josemi y yo tuvimos que llevarla a su cuarto para asegurarnos de que no se moría ahí mismo. No, no le hicimos nada, guarretes, aunque quedó demostrado que en ese viaje me equivoqué claramente de objetivo amoroso.

02: LA LIBERTAD GUIANDO AL PUEBLO
La mejor foto que echamos en el viaje, sin duda, fue una que se veló y nunca pudimos llegar a ver. Fuimos al Museo del Louvre con Rosita & cía y, cuando ví el cuadro de La libertad guiando al pueblo se me encendió la bombilla: saqué mi paraguas y mi banderita de España de la mochila (no salgan de casa sin ella), cogí al Wink y a otro cuyo nombre no recuerdo y nos pusimos delante de dicho cuadro imitando la pose en una actitud que rozaba lo delictivo. Eso era pa verlo: yo con la chaqueta medio bajada, el Wink apuntándome con el paraguas y el otro con la bandera de España, mientras el resto de nuestros compis vigilaba que no aparecieran los seguratas y la gente que pasaba por allí observaba entre abochornada y descojonada. Hicimos la foto y salimos pitando de allí, convencidos de que habíamos creado una obra de arte. Y así fue, sólo que la humanidad no podrá contemplarla U_U

01: JURA DE BANDERA EN SACRE COEUR
El indiscutible número uno de la lista fue también producto e mi genial idea de llevarme una bandera de España en la mochila. La primera noche que hicimos botellón en la calle decidí darle un toque hogareño y pusimos la banderita en una farola, acto que originó el esperpento del día siguiente, en el cual no se quién tuvo la idea de hacer una jura de bandera en plena calle. Así que allí nos pusimos todos, borrachos como putas, en fila india y con las botellas imitando a los fusiles, pasando uno detrás de otro besando la bandera, MI bandera. Después de eso no me extraña que no me comiese un colín y que nos tirasen huevos, pero ¿y lo que nos reímos?...

Mirad al Albret en su época jevi