Tenfe

En este primer post del año podría hablar de cómo en la pasada nochevieja casi me peleo con dos negros, de cómo Kanouté sufrió una auténtica albretada digna de un post aparte o de cómo he perdido todos los regalos que me hicieron el sábado por mi cumpleaños. Sin embargo, hablaré de una cosa que me tiene ciertamente preocupado: mañana tengo que coger el AVE a Madrid. Y digo esto totalmente en serio, porque desde que lo inauguraron se han sucedido retrasos y fallos varios y uno, ya acostumbrado a sufrir situaciones kafkianas, no sabe qué esperar de cara a mañana. Incluso Luis Fabiano me ha llegado a decir que hay que llegar a la estación con bastante antelación ya que se ha dado el caso de que por una avería en un trayecto no han podido salir todos los vagones, lo que ha causado overbooking y ha hecho que muchos viajeros tengan que recorrer todo el trayecto de pie (de verdad que me lo ha dicho). Así que, queridos amiwitos míos... ¿qué creéis que pasará mañana cuando me monte en el AVE dirección Atocha?:

A) El tren llegará con entre quince minutos y media hora de retraso, ergo me reembolsarán la mitad del billete

B) El tren llegará con entre media hora y una hora de retraso, ergo me reembolsarán el billete en su totalidad

C) El tren llegará con más de una hora de retraso, por tanto tendría que venir la mismísima ministra de Fomento a chuparme la polla para evitar que ardiera Roma

D) El tren directamente no llegará, ya que el maquinista se confundirá a la altura de Matalascañas y apareceremos en Teruel a las doce de la noche

E) El tren transmutará en un monstruo gigantesco y devorará a todos los pasajeros que se hallen en su interior, incluído un servidor, lo cual sería el inicio de un aterrador planeta de trenes antropófagos como ya vaticinaron hace años los X-Men en su saga "Inferno" (ésta es la situación menos probable)

Sinceramente no sé cuál de estas opciones ganará (la de llegar puntual ni siquiera la tengo en cuenta), pero estando yo implicado no descartéis ninguna.

Ésta es la España de Zapatero: delincuencia, matrimonios gueis y trenes que comen personas