martes, 29 de enero de 2008

¿Qué te he hecho, Murphy?

Os voy a contar una bonita historia de miserias y desencuentros de ésas que tanto gustan por aquí. Érase una vez un jovenzuelo llamado Roberto que llevaba mucho tiempo detrás de una chavala muy maja con la que se llevaba muy bien pero con la cual nunca había albergado esperanzas reales puesto que, a la hora de la verdad, se mostraba ciertamente distante con él. Por tanto, Roberto la dejó a un lado convencido de que tanta insistencia tan sólo serviría para perder su tiempo.

Sin embargo, un buen día a Roberto le dió por volver a guiñarle el ojo a la chica y ésta, sorprendentemente, le devolvió el guiño. Roberto se creció y volvió a intentarlo, con la diferencia de que esta vez sí se sentía poderoso, sí sentía que su esfuerzo podía tener recompensa. No sería un camino fácil puesto que la chica era bastante cerrada, pero nuestro protagonista sentía que esta vez era la buena, que ya no se le iba a escapar y que tanto tiempo de espera había merecido la pena.

Sin embargo, y cuando menos se lo esperaba, otra chica apareció en la vida de Roberto en medio del cortejo. Una chica muy guapa, colada por él, perfecta en muchos sentidos... pero que no era como la primera. Este hecho llenó de dudas a Roberto: ¿qué hacer? ¿Continuar intentándolo con la primera o lanzarse a por la segunda? ¿Ir a lo seguro o jugársela?

Esta bonita historia es una metáfora, obviamente, de cómo he estado un año en Madrid trabajando en mierdas teleoperadoriles y, ahora que por fin tengo la opción de tener un curro que realmente me gusta, a la que llamaremos "Falete", me llaman para otra entrevista con una segunda empresa, a la cual llamaremos "Arrebato". En pleno proceso de selección con la "Falete", y aún esperando a que me llamen respecto a una prueba que hice con ellos recientemente, me citan para una entrevista con "Arrebato". ¿Y si en la entrevista con "Arrebato" me dicen que me contratan ya, y me ponen en el brete de tener que decidir en el momento sin saber qué me van a decir en "Falete"? ¿Renuncio a mi trabajo favorito en pos de uno más seguro pero con peores condiciones? ¿Renuncio a un trabajo más seguro para jugármela en un sitio que no sé ni siquiera si volverá a llamarme? Podría ser una bonita comparación con Menotti y Bilardo, pero yo prefiero echarle la culpa a la Ley de Murphy, y es que no es la primera vez que me pasa algo de esto... y ya no hablo exclusivamente de temas laborales.


Yoyoyoyoyoyo, quiero el cuchiiiilloooo

1 comentario:

  1. Mira tio,si se tratase de tias,como el ejemplo que pones de principio,te diria que te enrollases dos o tres veces con la segunda mientras conquistas la primera de forma segura.Primero,porque no se puede ser soberbios y no se puede despreciar la comida,ya que nunca sabes cuando pasaras hambre,y segundo,porque si con la primera triunfas,lo mas seguro es que te establezcas en la relacion,y a medida que pase el tiempo te vendra bien la experiencia adquirida con la otra,tanto para saciar ansias de conocer como se mueve el mercado como para tener un bonito y agradable recuerdo.

    Ahora Al,aplicalo a los dos trabajos.Este es mi humilde consejo

    Un saludo y mucha suerte.

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