jueves, 10 de mayo de 2007

"¡Trata de arrancarlooo!"

Ya que los relatos de autohumillacion y lamentabilidad tienen tanto exito en este blog (al post de la puerta me remito), voy a deleitaros con una historia de la que se cumplen ya 5 años. Madrugada del 10 al 11 de mayo de 2002. Alli estabamos nosotros (usare nombres ficticios para mantener el iconomato y la dignidad de las personas presentes aquella noche, las cuales dudo mucho que visiten este blog, pero bueno), celebrando los cumpleaños de Teresa, Marta y Maria Justina en una playa cercana al Plaza Mayor, en una noche llena de exaltaciones de la amistad, alcohol y mucha denigracion humana.

Lo verdaderamente gracioso llego a la hora de irnos al garito pertinente a continuar la juerga. Luismi fue a por su coche, Eustaquio fue a por el suyo... y cual fue nuestra sorpresa cuando nos dicen que no pueden ir a ninguna parte porque los coches, los cuales habian dejado aparcados DENTRO de la arena, estaban atrapados y no podian moverse. Primero risas, luego preocupacion y finalmente frustracion al ver como los coches no se movian por mucho que empujaramos.

Era una escena dantesca tras otra: Maria Justina que, en un intento por sacar el coche de Luismi, se sento al volante y metio el vehiculo unos 10 metros mas dentro de la arena; Eustaquio que no nos atropello a Daniel y a mi de puro milagro ya que estaba acelerando con el freno echado mientras nosotros empujabamos su coche desde la parte delantera (pensaba que estaba yendo marcha atras, imaginaos la pea que llevaba); un grupo de 6 borrachos tratando de levantar el coche de Luismi (con el dentro) y, a la voz de 3, mirarnos los unos a los otros y tirarnos en la arena descojonados de la risa (que gran metafora del periodismo malagueño); ver a Luismi a lo lejos jurando en arameo; las niñas mientras partiendose el culo con nuestra lamentabilidad; Daniel echando las rabas tras una papelera; Eustaquio gritandole sandeces a un personaje que por ahi pululaba y que luego tuvo que venir a ayudarle; alguien haciendo la coña comparando la situacion con las tipicas de Carlos Sainz...

Finalmente, tras mucho esfuerzo, conseguimos sacar los coches y fuimos al Plaza Mayor, aunque de lo tarde que era ya no conseguimos entrar a ningun sitio. Eso si, el esperpento continuo ahi: no solo Eustaquio se rajo a si mismo con una navaja (es complicado de explicar), sino que, aproximadamente una hora despues de habernos ido de la playa, llaman al movil de Luismi y era LA GRUA, QUE HABIA LLEGADO Y ALLI NO HABIA ENCONTRADO A NADIE. En serio, pocas veces en mi vida me he reido tanto como en ese momento. "¡Ostras! ¿A que va a ser la grua? ¡JAJAJAJAJAJAJAJA! ¡EN LA MIERDA!"

No tengo fotos de aquella noche, pero aun asi la recuerdo perfectamente. Tanto es asi que es una de las historias que mas solemos contar en nuestros botellones, rayando lo cansino. Y es que fue algo mitico, de una epoca en la que eramos grandes, si señor.


Mas o menos asi estaban los coches esa noche

9 comentarios:

  1. Jejejeje...gran historia, Albret. Es la primera vez que entro a tu blog, pero como me ha gustado esta entrada seguramente me pasaré con regularidad.

    Saludos!

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  2. E. Charles, si este blog te ha gustado, el mío te entusiasmará sin duda...no te digo más. xDDD Al, adoro tus historias miserables, me he reido diez minutos seguidos...aunque en fin, yo también he tenido un problema similar con mi twingo, años ha, en la playa de la misericordia... Pero eso es otra historia y será contada en otra ocasión :P

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  3. Joder, me ha gustado este apartado de. Hoy me gustaria hacerle el amor a:....
    Espero no ver nunca ahí una foto de mi abuela. Avisado estas.
    Un saludo

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  4. Si tu abuela cumple estas tres condiciones: 1) es famosa, 2) tiene entre 15 y 45 años y 3) esta buena, entonces es susceptible de aparecer en mi seccion. Jijiji.

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  5. Al, fíjate que con los ánimos que tengo yo hoy, hasta me has hecho sonreir... Esta historia es muy buena, pero me sigo quedando con la del pomo de la puerta de tu casa en M... Ahí si que me reí. Un beso y a seguir bien!

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  6. JAJAJAJAJAJAJAJAJA

    Aún así se te escapan matices, como tu cara cubierta de arena, echando tierra por la boca levantándote del suelo con los brazos en cruz como un cristo resucitado, el josemi haciendo rally marcha atrás y diciéndole al frikazo que se metiera las tablas por el culo, el jaime y el pacotorni meando en la roulottes que allí había. Incluso la historia de la navaja merece darle más juego, porque me llené la camisa de sangre, después salí en contra dirección y le dimos tres vueltas al revés a la glorieta del eroski. ¿O eso fue la noche de Puerto Marina volviendo por la acera y conduciendo de espaldas? Sublime. El día que me ponga a contar historias de estas en mi blog, vais a flipar, y eso que, por dignidad y prudencia, sólo puedo contar un 10% de ellas.

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  7. Yo recuerdo justo el momento de llegar al centro comercial con mi coche, varios minutos de ventaja con respecto a los demás, un ciego como un piano y tremendas intenciones de retozar en una esquina de la discoteca pachá con una de nuestras acompañantes. Desde el aparcamiento, aguardaba la llegada del grupo, pero nada ocurría, hasta que, vía móvil, me enteré de la dantesca situación que se había producido frente al mar. Recuerdo que conseguimos, con un gran esfuerzo, sacar el coche, eso sí, con todo el motor lleno de arena, como si acabase de atravesar el Sahara. Cuando conseguimos sacarlo empezamos a gritar, a sudar, a quitarnos las camisetas y a meter arena en nuestros zapatos al grito de oe oe oe y sí, sí, sí. Fue dantesco, sobre todo porque el coche terminó en la arena por culpa del cebollón que llevaba su propietario y, sobre todo, por las ganas de que tenía de darle un cebollazo a una morena delgadita a cualquier precio.

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  8. JAJAJAJAJAJAJAJAJJA

    ¿Quién era la acompañante con la que quería usted retozar, señor J?

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