And the Oscar goes to...

Estoy resacoso, lleno de odio por el robo de anoche en el Calderón, de cierta frustración por temas que no vienen al caso y de cansancio por tirarme toda la mañana liado con el Panda (chicos, no os bajéis porno estando borrachos), pero aún así he conseguido sacar tiempo para plasmar en este blog mi particular visión de la noche de los Oscars. Porque mucho glamour y mucho tal, pero el cine de un tiempo a esta parte ha perdido gran parte del encanto que tenía antaño. La gente cuando escucha la palabra "Hollywood" ya no piensa en Marilyn Monroe, en Cary Grant o en Humphrey Bogart, estrellas inalcanzables que llegan a la categoría de mitos de nuestro tiempo. No, hoy en día la gente piensa en Paris Hilton o en el San Andreas. Si a esto añadimos que gracias a la piratería y a los Home Cinemas los cines progresivamente pierden cantidad de espectadores o que hoy en día ya sólo se hacen secuelas y remakes, asistimos a una crisis de la industria sin precedentes. Pero no os preocupéis, que tengo la solución. Haced películas de lo que realmente le interesa al pueblo, con protagonistas mundanos. Yo, si la gala de los Oscar dependiera de mí, esta noche me dejaría de faunos y de infiltrados y haría que las películas nominadas fuera, por ejemplo:

¿Qué, iríais a ver estas pelis al cine o no? Yo, desde luego que sí. De hecho no descarto hacerlas yo mismo con el Premiere un día. ¡Albret al rescate del séptimo arte!