domingo, 26 de noviembre de 2006

Frío sin tí

Hace frío. Supongo que, estando a finales de noviembre y en Madrid, decir que hace un frío que pela no es ninguna noticia. Y mira que todo el mundo me lo decía, como coletilla al despedirse de mí antes de venir a la capital de España: "abrígate". Yo, claro, como pienso que abrigarse es de cobardes y me gusta enseñar mi cuello, pues suelo hacer caso omiso a esos consejos y me visto de la misma forma desde que comienza el otoño hasta que llega la primavera. El caso es que ayer fue cuando verdaderamente comencé a pasar frío en Madrid. La calefacción central engaña, y el hecho de que uno pueda estar en su pisito en camiseta no significa que en la calle no se le congelen los mocos. Pues eso, que fui al Calderón (1-1... ¿por qué no me sorprende?) y allí pasé un frío del carajo. Pensaba yo que todo eso que dicen de ver un partido en directo, del "calor humano" y tal, haría que me diese un poco igual el frío que pudiese hacer allí (al lado de un río, encima). Pero verme gritarle al árbitro "CcaAaBbbrrrRóooOnnNN" con la voz tiritante cada vez que le pitaban falta (merecidamente) a Maniche debió de ser un chou.

Pero, con todo, ese momento no fue en el que pasé más frío anoche. Fue al llegar al piso, a eso de la 1 de la madrugada. Más que pasar frío, me quedé frío. Uno de los principales motivos por los que me vine a Madrid era el poder cambiar de ambientes a la hora de salir, tener más libertad, poder pensar "pues voy a llamar a fulanito o menganita, da igual la hora que sea, que me presento ahí en un plis y la liamos", sin ser un esclavo del cercanías como lo era en Fuengirola. Muchas ilusiones sacrificando, en cierto modo, mi vida social malagueña. Pues bien, nada ha cambiado: a mi compañero de piso me lo encontré durmiendo al llegar del fútbol, los mensajes que mandé a lo largo del día se quedaron sin respuesta y mientras tanto, mi gente en Málaga haciendo a saber qué, pero haciendo algo. Y yo alejado voluntariamente de ellos (y ellas).

Me vine a Madrid para, entre otras cosas, ilusionarme cada vez que llegara un sábado. Y creo que lo único que ha cambiado es que me he vuelto un hacha en la limpieza de cocinas y en los bocadillos de queso con chorizo y tomate frito. Qué frío hace, de repente.

5 comentarios:

  1. A ti lo que te pasa, Al, es que eres un impaciente. Acabas de llegar a Madrid y ya quieres tener más vida social que Paris Hilton, y las cosas no son así. Deberías preocuparte más por tu alimentación (que esos bocatas no deben ser sanos; aprende ya a cocinar) y déjate de quejarte tanto por un simple sábado sin salir. El frío, sabes, siempre tiene remedio...solo hay que moverse.

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  2. Parece mentira que, conociéndome, me hables de "un simple sábado sin salir". En fin. Bonita metáfora.

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  3. Pues yo también quiero irme de aquí por cosas como esas que dices, de poder salir por mil sitios distintos.
    Y conocer gente nueva, supongo.

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  4. Pues sigue saliendo y saliendo.. alguno merecerá la pena. Y ya irás conociendo gente. Por cierto, yo quiero un bocata de esos. Y para el frio, ponle un poco de chile a ese bocata, ja jaja. WOMANDARINA

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  5. Pues yo cuando estuve en Madrid frecuentaba un puticlub de rusas que hay cerca del Bernabeu. Es cojonudo. ¿Quién quiere vida social habiendo buenas putas?

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